By Carem Contreras
Te invito a leer y revisar tus habilidades de escucha…
Un día en mi trabajo me propuse observar la forma en que nos comunicábamos entre las personas. Al hacer consciente la forma en que me comunicaba y por sobre todo mi capacidad de escuchar, me sorprendió lo difícil que es cambiar los malos hábitos de comunicación. Vi mis falencias y lo mucho que me falta por mejorar.
Hoy en día tiene existen variadas formas de comunicación, las redes sociales y la tecnología han abierto un sin fin de posibilidades de comunicarnos constantemente, pero la mayoría de ellas están basadas en el lenguaje escrito, lo que de a poco le ha ido quitando terreno a comunicarnos de manera verbal, es decir, mirándonos a los ojos al hablar y escuchar al otro.
Probablemente todos vivimos en el día a día esas situaciones en donde en conversaciones grupales, nadie entiende nada, todos quieren hablar y nadie escucha al otro (una de las razones por las cuales las reuniones de hoy en día son poco eficientes), o aquella conversación con el compañero de trabajo en la que ambos quieren dar su versión y enfocarse en su objetivo. Ese diálogo luego llega a consenso y posteriormente al ejecutar lo acordado nos damos cuenta de que entendimos cosas diferentes.
En las relaciones de pareja sucede algo parecido, “es que tú me dijiste”, “es que yo entendí”, “tú nunca me escuchas”. Lo complejo es que en este terreno nuestras emociones están más expuestas al ser el contexto donde nos relajamos y nos sentimos contenidos. Un factor determinante en el éxito de cualquier relación es saber comunicarse, pero aún más específico que ello es saber escuchar.
Cuando nos enseñan a relacionarnos con otros el concepto de escuchar se enseña y se entiende como la acción de “guardar silencio” mientras otra persona habla, pero ¿es suficiente quedarse callado para saber lo que otra persona nos quiere decir? Sabemos que no, muchas veces mientras el otro habla nuestra mente viaja a otros lugares y pareciera ser que lo estamos escuchando activamente.
Te invito a revisar cuales son los principales hábitos que debes eliminar y desarrollar para tener una Escucha Activa, toma en cuenta que es una práctica constante y que mejora lentamente.
La Escucha Activa es la habilidad de escuchar lo que otra persona está expresando no solo directamente sino también con sus sentimientos, ideas o pensamientos y que van más allá de lo que está diciendo.
Respecto a los factores que dificultan la Escucha Activa tenemos:
Distracciones: Teléfonos celulares y computadores son los principales enemigos de la escucha activa hoy, aun cuando se considera una falta de atención y falta de respeto estar viendo la pantalla mientras alguien nos habla es de las acciones incorrectas más comunes.
Las Interrupciones: A veces estamos tan ansiosos por decir lo que estamos pensando que terminamos interrumpiendo a quien nos está queriendo expresar algo. Esta acción además demuestra que mientras estabas en silencio supuestamente escuchando en realidad estabas pensando en que responder, por lo que probablemente escuchaste muy poco o nada.
Falta de empatía: Para poder escuchar no tan solo las palabras que emite quien habla sino que también escuchar sus emociones, es necesario ser empáticos, ponernos en el lugar del otro, eso nos ayudara a comprender y no solo a oír sus palabras.
El Juicio y prejuicio: Evitar tener prejuicios de quien nos está hablando y más aún el evitar emitir juicios de lo que nos está hablando es muy importante para poder abrir nuestra mente a la conversación y comprender el mensaje que nos están entregando.
Querer contar la propia historia: Esta es de las falencias que más me cuesta eliminar de mis malos hábitos de comunicación. A veces creemos que nuestra historia es más importante que la del otro, o que tenemos algo importante que contar que tiene relación con lo que cuenta el otro, pero lo correcto es esperar a que el otro termine para contarlo, de lo contrario no sólo interrumpimos al otro, si no que somos faltos de respeto e imprudentes.
Calmar el yo interno: Esa voz interna que nos está hablando constantemente no nos permite concentrarnos en el otro, esta voz además es compleja porque habla de varias cosas al mismo tiempo. Trabajar nuestra concentración es fundamental para aprender a calmar esa voz interna, y además nos ayuda a poner atención en quien nos habla.
Ahora bien, para escuchar activamente, además de eliminar en lo posible los factores anteriores, tenemos que practicar algunos hábitos:
Parafrasear al otro: esta técnica es sencilla, nos permite mostrarnos tranquilos y al repetir parte de lo que dijo el otro demostramos que escuchamos, dando la señal de estar atento y conectado.
Asentar con la cabeza: Esto no significa que estés de acuerdo necesariamente, simplemente da a entender que estás escuchando:
Ser empático y comprensivo: No basta sólo quedarse callado, es necesario conectarse con el otro para entender más allá de las palabras, es decir captar emociones.
Tener una escucha Activa no es fácil y probablemente nunca será perfecta, pues la mayoría de las veces habrá alguno de los factores negativos impulsado por nuestras emociones saliendo a flote, es natural, debemos esforzarnos en mejorar cada día. Aun así debes tener presente que el sólo hecho de hacerte consiente de estos factores y querer mejorar tu capacidad de escuchar va a ir mejorándola y te permitirá comunicarte de mejor forma.
Finalmente es nuestro EGO el que se expresa cuando no somos capaces de ir mejorando una capacidad tan bella como saber escuchar aun cuando somos conscientes de cómo podemos mejorarla.